En el 2600 Antes de Cristo, en el Antiguo Egipto, Imhotep – el primer médico de la historia, divinizado luego por los propios egipcios y conocido como Asclepios por los Griegos y Esculapio por los Romanos – curaba con alimentos, especies y hierbas.
Dos mil doscientos años después, Hipócrates, el padre de la medicina occidental, deja nos deja su sentencia más famosa: “que los alimentos sean tu medicina y que la medicina sea tu alimento”
Desde el origen mismo de la medicina se conoce la relación entre la nutrición, la enfermedad y la salud. Más allá de la obvia necesidad de alimentarnos para permanecer vivos, aquellos primeros médicos entendieron mediante la simple observación empírica la relación entre ciertas enfermedades y la falta (o presencia) de ciertos alimentos en la dieta. Muy pronto descubrieron como muchas enfermedades o muchos síntomas mejoraban cuando ciertos alimentos o plantas eran suministrados en la dieta de los enfermos.
La ciencia ha avanzado constantemente desde entonces. Hoy conocemos y entendemos como nunca antes los mecanismos moleculares y las complejas reacciones químicas detrás de la mayoría de nuestros procesos metabólicos y bioquímicos. Ya no solo entendemos la relación entre nutrición y salud, sino que podemos explicarla molecularmente.
Todos los días se publican trabajos científicos con nuevos hallazgos en la relación entre vitaminas, aminoácidos, hierbas, activos botánicos, enzimas, y otros ingredientes nutricionales y dietarios con el funcionamiento de nuestros órganos y sistemas, con la aparición de enfermedades y, también, con su mejoría.
Todos estos avances en el conocimiento nos permiten entender profundamente cómo cada nutriente interviene en los procesos metabólicos incluso a nivel celular, pudiendo así diseñar fórmulas específicas para cada necesidad.
Ingredientes dietarios nutricionales y no nutricionales, hierbas, activos botánicos, etc, son poderosas herramientas que nuestro cuerpo utiliza para balancear y mejorar su metabolismo y estimular sus mecanismos de reparación y cura, pero no son medicamentos ni curan en forma directa enfermedades.*